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25/12/06 - Sara Aguareles
Más allá de las fantasías de ciencia ficción, la Inteligencia Artificial es una disciplina que permite desarrollar soluciones prácticas para facilitar la toma de decisiones en el entorno empresarial. El software inteligente no sólo presenta la información que necesitamos, sino que además es capaz de reflexionar sobre ella y proponer soluciones.
La Inteligencia Artificial es una disciplina que tan sólo cuenta con 50 años de historia. Tal y como afirma Ramón López de Mantaras, vicedirector del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IIIA-CSIC), “estamos como en la edad media para la física”. Sin embargo, los avances se producen en este campo mucho más rápidamente gracias al interés empresarial en desarrollar nuevas herramientas informáticas que permitan a los ejecutivos tomar decisiones de una manera más segura.
Según López de Mantaras, “las aplicaciones informáticas que existen actualmente basadas en Inteligencia Artificial (I.A.) son fruto de años de investigaciones teóricas sobre cómo convertir en modelos computacionales las habilidades del ser inteligente para que las pueda ejecutar una máquina”.
Richard Benjamins, director de I+D de Isoco, afirma que “lo que hace 20 años se consideraba Inteligencia Artificial hoy en día está aplicado ya en todas las empresas y usos cotidianos”. Según Benjamins, “ya hemos pasado el llamado IA winter, donde esta disciplina estuvo desligada del mundo real y sin aplicaciones en el mercado”.
Isoco es una de las pocas empresas españolas especializadas en desarrollar software basado en Inteligencia Artificial, que surgió como spin-off del IIIA-CSIC en 1999. Tal y como lo define Benjamins, “el software basado en Inteligencia Artificial no sólo presenta la información sino que además intenta razonar sobre la información y recomendarnos algo”.
Lo que hace 20 años se consideraba Inteligencia Artificial, hoy en día se está aplicando en todas las empresas
Pongamos un ejemplo práctico. La mayoría de empresas tienen créditos y cuentas bancarias en múltiples entidades. El director financiero, pues, debe consultar y contrastar muchos datos distintos que provienen de diversas fuentes de información. Para facilitar esta tarea existe un programa informático que accede automáticamente vía Internet a todas las cuentas registradas por la empresa, y recupera toda la información para luego traspasarla a una única hoja de Excel. Existe la opción de programar el sistema para que este proceso se realice por la noche, de manera que el director financiero no tiene que dedicar el tiempo a recuperar la información sino a tomar decisiones basadas en ella. Este producto de software basado en I.A. ya está en el mercado, con el nombre Get See.
En el campo de las compras y la relación con proveedores, Isoco ha desarrollado otra herramienta informática que permite controlar la gestión global de los pedidos en una sola aplicación de software. Richard Benjamins afirma que “a menudo las personas no toman la decisión óptima por culpa de las complejidades derivadas de un sistema de gestión que no permite contemplar al mismo tiempo todos los factores que intervienen en la relación con los proveedores”.
Más allá de los mitos
A pesar de que la Inteligencia Artificial es una herramienta práctica aplicable en muchos casos, el tiempo ha borrado algunos mitos relacionados con la capacidad de las máquinas para desbancar al hombre en ciertas tareas.
Richard Benjamins recuerda que “hubo muchas promesas relativas a la I.A. que no se han cumplido”. Una de las más repetidas era la de la creación de “sistemas expertos” que permitirían a los ordenadores realizar, por ejemplo, diagnósticos médicos a partir de gran cantidad de información almacenada en sus discos duros. Aún así, afirma Benjamins, “existen algunas aplicaciones derivadas de estas investigaciones que sí han entrado en el mercado”.
Google funciona a partir de parámetros de Inteligencia Artificial
En el mismo sentido el vicedirector del IIIA-CSIC reconoce que “ahora estamos pudiendo desarrollar multitud de aplicaciones prácticas gracias a que durante muchos años hemos estado investigando en múltiples direcciones, y lo mismo sucederá con las investigaciones actuales, que darán su fruto dentro de algunos años”.
El buscador de páginas web por excelencia, Google, no deja de ser una herramienta de selección de la información basado en un mecanismo que razona a partir de lo que los expertos denominan técnicas de aprendizaje y probabilística, es decir, parámetros de Inteligencia Artificial. “Este buscador aprende estadísticamente, mejorando sus prestaciones y su efectividad con el paso del tiempo de manera automática”, según explica López de Mantaras.
“Robots inteligentes” como el que hace funcionar a Google son ejemplos reales de Inteligencia Artificial, pero el reto de los investigadores va mucho más allá. A pesar de que existen pocas empresas que desarrollen software inteligente en nuestro país, España se encuentra entre los diez países más avanzados del mundo en investigación de I.A. El objetivo, compartido por los expertos de todo el planeta, es conseguir que las máquinas tengan sentido común y conocimientos tácitos, que son todos aquellos que los humanos hemos ido adquiriendo a partir de las experiencias vitales. Para ello habrá que conseguir que las máquinas adquieran la capacidad de aprender cosas por sí mismas, aunque esto es todavía un sueño al que ningún científico se atreve a poner fecha.
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